domingo, 14 de septiembre de 2008

Forced

Sólo hay remolinos de colores con diferentes formas.
- ¡Hey, guapa, ayer no me saludaste!

No me gusta que se queden con mi cara, y menos cuando los que me saludan son tres hombres con cara de tener hambre. Aprieto el paso, esos tipos saben siempre muy bien donde pillarte, y yo no quería ser fiambre antes de contar hasta tres.

En menos de lo que puede pensarse, sus garras como tenazas apretaban mi brazo. Los otros se acercan como hienas a mí. La calle está terriblemente vacía, y justo encima de nosotros la farola está apagada.

Relajo los músculo, están cerca y yo a cada segundo me acerco más a la fría y sorda pared. He de estar tranquila para que se confien...

Hace unos segundos estaba llorando para que viniera, me diera un beso en la frente y me dijera que las cosas se arreglarían, y ahora vuelvo a estar hundida en una mierda diferente. Y yo me vuelvo fría.

Uno me agarra de la cara e intenta besarme, pero no lo va a tener tan fácil. Me zafo, giro la cara y pataleo. Los otros se ríen y él se aleja de mí, algo malhumorado. Antes de que otro se acerque, de un fuerte estirón me deshago de su mano y echo a correr hacia la calle iluminada. A ellos parece que esa decisión no les gusta demasiado e intentan seguirme, pero en eso soy un poco más rápida.

En seguida la calle se llena de gente y bullicio, y lo que antes era una ciudad abandonada ahora es todo lo contrario. Quiero seguir llorando, esta vez por alguna razón más, pero ya no hay vuelta atrás. Ya he llegado donde no quería llegar, donde se acumulan las cosas de nuevo y no me dejan avanzar hacia alante.

Es el momento de volverme fría.

No hay comentarios: