domingo, 30 de marzo de 2008

Inspiración... inspiración... atchis!!


De tanto respirar llegó la primavera. Y pasará inspirando, respirando, tal cual se fue. ¡Pero para eso aún queda mucho! ¡La inspiración sigue aquí! Ha tardado mucho, lo reconozco, pero no hay nada que un buen asalto de polen no consiga sacar a la superficie.

¿Y por qué hablo tanto de la primavera si yo no soy alérgica? Pues porque estamos en la época de ver a todo el mundo con el pañuelito en la mano, en la que Manolo habla tanto de ella misma. ¡Porque nací yo!

Y porque me ha vuelto la inspiración. ¿Necesitas algo más? ;)

lunes, 10 de marzo de 2008

Escape

A veces te planteas mil cosas. ¿Qué hago escribiendo esto? podría de ser una de ellas. Mi teoría es que suele haber algo que te apriete el botoncito de encendido... y todo salga a la luz.

WE HAVE TO ESCAAAAPE, WE HAVE TO ESCAAAAAAPE!!!!!

Turn on...

A veces puedes sentir como si la vida que has tomado fuera, de algún modo, una imposición social. Nunca me planteé que pudiera hacer otra cosa que no fuera la carrera, aprobar todo, hacer caso y volver puntual a casa. La gente normal era lo que hacía, ¿no? Y yo soy una persona normal, ¿verdad?

A veces es a causa de un ciento de otras causas que te das cuenta que tú has sido una consecuencia. Oportunas o no, éstas te crean con todo su tesón, y en su mayoría nadie se da cuenta. Yo hoy sí, y me apetece escapar.

Si hubiera sido libre de elegir esas causas quizá ahora mismo estuviera muy lejos de aquí, muy lejos de Traducción, de Castellón y de mí. Me han puesto dos barreras junto al camino que no quiero traspasar, porque las causas me han hecho así.

Sabiduría populi

La utopía está en el horizonte:
camino dos pasos, ella se aleja dos pasos
y el horizonte se corre diez pasos más allá.
¿Entonces de qué sirve la utopía?
Para eso. Sirve para caminar.

Galeano

sábado, 1 de marzo de 2008

Fragmento de vida

La agarra de la solapa de su negra chaqueta y le da un rápido beso en los labios.
- Te quiero.
Su corazón rebota en el pecho al contacto con él, antes de que la puerta del ascensor se abriera para dar la bienvenida a sus amigos. Sí, así se acaban las discursiones, sin final pero de manera dulce. Sólo queda en mi cabeza un sentimiento de tristeza profunda que no se va aunque intente restarle importancia, aunque la deje atrás con un deje tonto.

-...Ah, hola. Perdón por haber llegado tarde, nos hemos entretenido...