jueves, 25 de octubre de 2007

Cómo poner la lavadora, en más o menos 13 pasos.

Ha ocurrido el desastre: he tenido que salir corriendo de compras porque no quedaba ni un calzoncillo limpio, y eso que tenía bastantes. Seré totalmente sincero: me he puesto los calcetines durante varios días. Si "ella" llega a saberlo, me mata.

Ya no queda otra que aprender a poner la lavadora. Le he pedido a una amiga de Mariví que me ayude. Antes se hubieran enternecido y hubieran echado una mano. Ahora me dijo muy seria:" lo haré una vez, una sola, toma notas si lo necesitas. Yo cambio las ruedas de mi coche". Vaya por dios, me ha tocado un marimacho.

Tomé nota.

1. Hay que tener detergente, y suavizante si quieres.
2. Para simplificar siempre lava en agua fría. Evitarás desastres. Es un botón que tiene normalmente como un asterisco.
3. El programa el más largo sin prelavado. El tres en mi lavadora. También para simplificar.
4. Separa en dos partes la ropa: por un lado la blanca o muy clara y por otro la de color.
5. Pon atención a la ropa negra o muy oscura, mejor que vaya sola o acabará llena de pelotitas de colores.
6. Abre el cajetín. Estará mal diseñado. Al revés, como el cerebro de las locas esas.
7. El detergente suele ir en el compartimento del medio. Casi siempre pone un II.
8. El suavizante en uno pequeño, de los dos que hay el que no pone Cl (eso es para la lejía, al menos tiene cierta lógica esto, por lo del hipoclorito, digo).
9. Ciérralo todo bien, puerta incluida.
10. Dale al botón de poner en marcha. A veces es fácil y es de presionar pero muchas veces este particular electrodoméstico funciona tirando de una rosca donde se marcan los programas. Por favor! Quién ha visto algo así. Lo memorizo pensando en los antiguos starters de arranque de los coches.
11. Si son jerseys, no centrifugues mucho o acabarán como churretes. Suele haber un botón para evitarlo pero la estandarización no ha llegado al aparatejo este, cada uno es de su padre y de su madre, pero tú eres un tío, por lo tanto capaz de leer manuales.
12. Si al centrifugar llegó a la mitad de la habitación es que tiene las patas mal reguladas.
13. Estate atento cuando termine, sobre todo si es ropa de color. No la dejes varios días o desteñirá y tendrás que tirarla.

En fin, soporto a duras penas poner la lavadora, me deprimo cuando saco la ropa desteñida, pero llevo fatal lo de tender, pero que coñazo!.

De esta me cojo una asistenta. Aunque enseguida va a querer organizarme, como todas, y eso sí que no.



Anónimo dijo...

Todo esto esta muy, pero que muy bien. Pero desde mi modesta experiencia me permito hacer algunas puntualizaciones:

1ºImportantísimo: ¡¡Antes hay que vaciar bien todos los bolsillos!!

2º- Lo del suavizante... es una finura impropia de cualquier superviviente auténtico... de nenas...

3º- Lo de separar ropa blanca y color... también es de nenas....
Un superviviente profesional lava una vez a la semana, todo junto, y en frio... y con el mismo programa siempre.

4º-Para no confundirse de ese programa "universal" incluso poniendo la lavadora bajo los efectos de los cubatas... recomiendo marcarlo con un rotulador (mejor gordo y en rojo)

5º-Por ultimo: El que la lavadora se desplace por su cuenta.. es mas corriente de lo que parece. Recomiendo que las goma de entrada y salida del agua esten bien firmes, pues (en terminos nauticos) marcaran el radio de borneo...

martes, 23 de octubre de 2007

Rojo

domingo, 14 de octubre de 2007

Borracha Oo

En principio iba a ser la parte 07 de la 'novela', pero acabó siendo tan mío que... imposible. Lo cuelgo aquí, ya que no tiene cabida en el otro blog.
Saludos.

Cerveza. Ed Wood. Parecen alicientes suficientes para ponerse a escribir. Después de dos litros el líquido amargo parece que empieza a subirse a la cabeza. En realidad la detesto, su sabor hace que tuerza la cara, pero no hay nada mejor para estos momentos. Sola, en unidad con la nada.
¿Dónde está Allen? En su despacho trabajando, igual que debiera hacer yo, pero después de dos horas de ardua tarea decido decantarme por una ligera cena a base de calabacín y cerveza. Dejar correr la vida igual que el alcohol por mis venas, esa es mi misión. Morir en mi soledad acompañada.
Otro trago. Pero qué mala está. Sólo me queda un poquito para pasar a la sidra. Bebo compulsivamente y porque sí, no importa nada más. Acabaré con todo.
Algo va tomando el poder sobre mí. Los dientes se me han dormido, la vista se nubla y tengo la sonrisa a flor de piel. A diferencia del resto nunca me han entrado ganas de llorar, por muy deshecha que estuviera mi vida. Es sólo un motivo para seguir bebiendo, nada más.
Me desabrocho el sujetador, qué libre me siento. Me duele la barriga de tanto líquido pero no pararé, no se lo merece. Esta noche acabaré muy borracha y sola, tumbándome en la cama. Que me viole si quiere, me dejaré hacer. Laissez faire.
De un trago acabo la cerveza y empiezo con la sidra. De otro trago acabo el primer vaso de sidra. ¡A mi salud! Hoy deseo emborracharme hasta caer redonda. Mañana vomitaré, moriré de dolor si es que llega la resaca. ¿Qué importa? Me sirvo con poca puntería el siguiente vaso, con una pequeña risita.
¿Sabes cuánto me duelen los músculos? ¿Sabes cuánto me duele vivir así? No me importa si mañana no tengo con qué vivir, la novela que estoy traduciendo es una basura y no soy capaz de encontrar el aliciente para escribir la mía propia. ¿Qué hago, le pongo estilo a la que tengo entre manos?
Leo para documentarme, para inspirarme, pero nada surge efecto. Todas son grandes obras, pero mi talento ha quedado escondido. Bebo para inspirarme y lo único que consigo es emborracharme. ¿No doy pena? Queriendo ser la mejor, sólo he conseguido sentirme poco realizada. ¿Dónde quedaron los sueños? Tirados a la basura.
Salud, salud de nuevo por mí y por todo aquél que se quiera meter en mi trago. Poco me queda para acabar también la botella de sidra. Sólo un vaso, uno de esos transparente y con gatitos dibujado. Infantil hasta a esta edad. Única en mi especie, rara de encontrar. Mala, amarga como la cerveza. Por eso la tomo, para brindar por mí.
En el siguiente y casi último trago estarán reflejados todos mis pensamientos. Jamás he bebido así como hoy, cada vez que ‘tomaba’ era acompañada y para darle el puntito a la celebración. Ahora bebo sólo por el hecho de sentirme ebria, por lo mismo que otros tantos como yo en un sábado noche. Ellos en sus discotecas bailando con centenares de personas y yo aquí, sin más.
¿Por qué me cuesta tanto el último vaso? Quiero tener una hija preciosa que se llame Alma, como yo. Pero que tenga una, no como yo. Quiero amarla, contarle cuentos y vestirla cada mañana. Sufrir con sus sufrimientos y reír cuando esté alegre. Quiero besarla cada noche para poder dormir con su acompasada respiración en mi memoria. Quiero acostarme y que me abracen esos brazos, que me hable esta voz hasta caer en un dulce y profundo sueño del que no hay que despertar. Quiero vida, sonrisas, y no soledad como en estos momentos.
Te quiero a ti, ¿por qué tanta dificultad? ¿Por qué no me dices que me amas? Sólo te deseo a ti y todo lo que pueda venir contigo.
Mis dedos van solos. El efecto del alcohol sube a mi cabeza y me hace volar en alas de las lágrimas que en estos momentos aparecen en mis ojos, cruzan mis mejillas y se estrellan en el nuevo pijama.
¿Pido mucho no queriendo sentirme sola en mi cuarto? Estoy bajo un cielo estrellado, ese mismo que me acompaña cada noche cara al ordenador. Pero nunca sale algo bueno, nunca me siento realizada con lo que escribo. ¿Y hoy? ¿La sidra será el punto para hacerme sentir bien?
Se acabaron las botellas, se acabó la inspiración. Y estoy llorando. Quiero llorar, la verdad. Quiero soltar lo que tengo y lo que no tengo dentro, liberarme de ello. Quizá así no vuelva a pasar por mi cabeza y mi corazón. Así tendría tiempo para centrarme en las posibilidades que tengo a mi disposición y disfrutar de ellas.
¿He de asumir todo lo que tengo a mi alcance o centrarme en todo lo que esté más allá? ¿He de vivir esperando o trabajar por todo lo que se me ha permitido tener en estos momentos?
¿POR QUÉ NADIE RESPONDE A MIS PREGUNTAS?






¿Ser guapa me salvará del Apocalipsis?

Extremoduro - La vereda de la puerta de atrás



Esta madrugada me he despertado en medio de esta canción y, al acabar, todo lo que llevo dentro desapareció entre mis labios al respirar.

jueves, 11 de octubre de 2007

domingo, 7 de octubre de 2007

Voy a escribir, cosa que ya no acostumbro hacer por aquí. Se ha convertido sin darme cuenta en un lugar donde colgar curiosidades más que sentimientos o sensaciones.

Me he embarcado en otra época de mi vida, he cambiado mis costumbres y es hora de arrepentirse de muchas cosas dentro de mí. No me siento bien así. Cierto es que yo quería que mi vida fuera diferente, pero me he dado cuenta que tenía unas maneras arraigadas, mis raíces estaban sujetas a tierra más o menos fértil y ahora me han trasladado a un ecosistema muy diferente. El cruel de Darwin, la ley del todos contra todos. Sé que soy capaz de estar por encima de todo el planeta si me lo propongo, pero en ese caso, ¿qué tipo de victoria conseguiría? Seguiría estando sola.

Durante dos años, camino de tres, no he permitido que las situaciones me afectaran mucho. Me sentía mal, indudablemente. Quién se puede sentir bien en los pésimos momentos, pero he tirado para alante a base de fuerza física, aplicando a cada instante el máximo raciocinio posible para quitar paja a los asuntos. Había que sobrevivir. También ayudaba preocuparse por los demás, porque tenía que ser fuerte para los demás, para que no me vieran mal y pudieran estar tranquilos. Sólo una persona cargaba con mis problemas, sólo a él le he contado todo lo ocurrido y siempre estuvo ahí.

Ahora me siento sola. Ya no hay nadie ahí, unos porque me han abandonado y los otros porque ya han superado con otros lo ocurrido. He quedado yo. Ha llegado el momento de mirar hacia dentro y ver qué había sido de mí. Oh, horror.

Nada.

Trastos tirados, ideas inconclusas, defectos, defectos, defectos... Un carácter difícil y mucha necesidad de reparar todos estos años de descuido. ¿Pero cómo? Cada vez me satisface menos todo lo que hago, cada vez me siento peor. Me siento una inútil por no poder ayudarme, por no ser capaz de ser feliz. Necesito amigos con los que quedar para tomar un café, charlar de trivialidades, jugar a rol o pasear, y necesito un novio que esté encima de mí, que me mime y me ame. Una palabra de buenos días, otra de buenas noches. De algún modo parece que es el único modo de estar bien, preocupándome, queriéndome, dándolo todo por los demás.

¿Pero qué demás, ahora?

Nadie.

Quizá no sea la manera más sana de vivir una vida, pero he estado creándome a mí misma durante muchos años y ha llegado un punto en el que no puedo ser de otra manera. Dar el todo por el todo, esperando sólo un gesto de cariño.

Es muy duro levantarse todos los días con el único objetivo de dejar pasar un día más, para levantarme al día siguiente y pensar lo mismo. Llegar a casa para saber que no hay ningún aliciente y ponerte a estudiar para asesinar a las horas poco a poco. Destrozar la noche en un sueño ni reparador ni bonito, sólo un profundo coma que te ayudará a levantarte al día siguiente con las suficientes fuerzas físicas como para superar otras cuantas horas.

Menuda vida de mierda.

Sara -,-

sábado, 6 de octubre de 2007

viernes, 5 de octubre de 2007

Love and Time

Once upon a time, there was an island where all the feelings lived: Happiness, Sadness, Knowledge, and all of the others, including Love. One day it was announced to the feelings that the island would sink, so all constructed boats and left. Except for Love.

Love was the only one who stayed. Love wanted to hold out until the last possible moment.

When the island had almost sunk, Love decided to ask for help.

Richness was passing by Love in a grand boat. Love said,
"Richness, can you take me with you?"
Richness answered, "No, I can't. There is a lot of gold and silver in my boat. There is no place here for you."

Love decided to ask Vanity who was also passing by in a beautiful vessel. "Vanity, please help me!"
"I can't help you, Love. You are all wet and might damage my boat," Vanity answered.

Sadness was close by so Love asked, "Sadness, let me go with you."
"Oh . . . Love, I am so sad that I need to be by myself!"

Happiness passed by Love, too, but she was so happy that she did not even hear when Love called her.

Suddenly, there was a voice, "Come, Love, I will take you." It was an elder. So blessed and overjoyed, Love even forgot to ask the elder where they were going. When they arrived at dry land, the elder went her own way. Realizing how much was owed the elder,

Love asked Knowledge, another elder, "Who Helped me?"
"It was Time," Knowledge answered.
"Time?" asked Love. "But why did Time help me?"
Knowledge smiled with deep wisdom and answered, "Because only Time is capable of understanding how valuable Love is."