domingo, 7 de octubre de 2007

Voy a escribir, cosa que ya no acostumbro hacer por aquí. Se ha convertido sin darme cuenta en un lugar donde colgar curiosidades más que sentimientos o sensaciones.

Me he embarcado en otra época de mi vida, he cambiado mis costumbres y es hora de arrepentirse de muchas cosas dentro de mí. No me siento bien así. Cierto es que yo quería que mi vida fuera diferente, pero me he dado cuenta que tenía unas maneras arraigadas, mis raíces estaban sujetas a tierra más o menos fértil y ahora me han trasladado a un ecosistema muy diferente. El cruel de Darwin, la ley del todos contra todos. Sé que soy capaz de estar por encima de todo el planeta si me lo propongo, pero en ese caso, ¿qué tipo de victoria conseguiría? Seguiría estando sola.

Durante dos años, camino de tres, no he permitido que las situaciones me afectaran mucho. Me sentía mal, indudablemente. Quién se puede sentir bien en los pésimos momentos, pero he tirado para alante a base de fuerza física, aplicando a cada instante el máximo raciocinio posible para quitar paja a los asuntos. Había que sobrevivir. También ayudaba preocuparse por los demás, porque tenía que ser fuerte para los demás, para que no me vieran mal y pudieran estar tranquilos. Sólo una persona cargaba con mis problemas, sólo a él le he contado todo lo ocurrido y siempre estuvo ahí.

Ahora me siento sola. Ya no hay nadie ahí, unos porque me han abandonado y los otros porque ya han superado con otros lo ocurrido. He quedado yo. Ha llegado el momento de mirar hacia dentro y ver qué había sido de mí. Oh, horror.

Nada.

Trastos tirados, ideas inconclusas, defectos, defectos, defectos... Un carácter difícil y mucha necesidad de reparar todos estos años de descuido. ¿Pero cómo? Cada vez me satisface menos todo lo que hago, cada vez me siento peor. Me siento una inútil por no poder ayudarme, por no ser capaz de ser feliz. Necesito amigos con los que quedar para tomar un café, charlar de trivialidades, jugar a rol o pasear, y necesito un novio que esté encima de mí, que me mime y me ame. Una palabra de buenos días, otra de buenas noches. De algún modo parece que es el único modo de estar bien, preocupándome, queriéndome, dándolo todo por los demás.

¿Pero qué demás, ahora?

Nadie.

Quizá no sea la manera más sana de vivir una vida, pero he estado creándome a mí misma durante muchos años y ha llegado un punto en el que no puedo ser de otra manera. Dar el todo por el todo, esperando sólo un gesto de cariño.

Es muy duro levantarse todos los días con el único objetivo de dejar pasar un día más, para levantarme al día siguiente y pensar lo mismo. Llegar a casa para saber que no hay ningún aliciente y ponerte a estudiar para asesinar a las horas poco a poco. Destrozar la noche en un sueño ni reparador ni bonito, sólo un profundo coma que te ayudará a levantarte al día siguiente con las suficientes fuerzas físicas como para superar otras cuantas horas.

Menuda vida de mierda.

Sara -,-

No hay comentarios: