jueves, 25 de septiembre de 2008

Yo ya no sé...

No soy capaz de ordenar mi vida, igual que no puedo acabar de deshacer las maletas en mi cuarto. Me preguntan qué quiero, si eso es lo que quiero realmente, si es lo que pienso, si es lo que siento que debo hacer... ¿pero cómo puedo saberlo?

Los sentimientos suben y suben y se desbordan y no me dejan hacer nada. Ni pensar, ni sentir, ni vivir, soy una contradicción. Y luego se van y me dejan vacía, con un dolor de cabeza terrible, el corazón compungido, sola y llorosa.

Quiero que me des una sorpresa y me prestes un poco más de atención que a los demás... sólo por un tiempo, sólo una vez para demostrarme que realmente te importo, más allá de las palabras.

Espero que este domingo no quedes en todo el día y podamos tener un intenso día. Porque aún tengo la esperanza de ser tu amiga, o que siquiera me eches de menos. ¿Qué cuesta escribir una breve reflexión sobre todo tú? No hay mejor momento que ahora que no puedo vivirte a diario para que me sienta perdida, además, por no saber cómo estás.

Mi mente es un cacao maravillao, y pensar por dos es aún peor. Porque yo tengo la convicción que sería capaz de sacrificarme eternamente por que las cosas fueran bien, pero a este paso acabaríamos en el mismo sitio que si, según tu criterio, hubiéramos seguido en una relación un tiempo más. Pues qué lástima...

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