viernes, 4 de diciembre de 2009

Eutanasia + Emir Kusturica



La verdad es que no sé ni cómo tengo aún fuerzas. Llevo unos días muy cansada, siempre con cosas que hacer, con algún que otro disgusto, con un montón de cosas en la cabeza... pero saber que esta es ya la última redacción me ha hecho afanarme. Tampoco es que el trabajo sea una perla, pero es que al final... hasta los cojones, señores, hasta los cojones de la constancia. Que sé que luego, si no eres constante y lo llevas todo al día, las cosas se amontonan y es cuando llegan las sorpresas. Pero pringar tanto hace que te pegues en todos lados. Por eso de estar pringosa, ya sabes.

Ejem.

Se acerca el día de la espera, del avión, de la vuelta. ¿Vuelta a qué? La verdad es que no estoy siendo muy positiva con el nuevo cambio. Cuando llegué reconozco que estaba un poco nerviosa por lo que podía llegar, que a saber lo que era... pero ahora lo que tengo delante lo conozco, y a veces las perspectivas de continuar se hacen eternas.

Si miro a mi tierra natal veo agobio. Por un lado mi madre, que lleva ya un par de añitos un tanto delicada entre depresiones y trabajos y cosas, y la verdad es que cada vez nos alejamos más la una de la otra, cada vez nos entendemos menos, y creo que el cambio nos hace discutir. Porque a veces nos gustaría que las cosas fueran como antes, pero yo crezco y ella se independiza conmigo.

No sé.

No hay comentarios: