sábado, 3 de octubre de 2009

Fran

Hace un montón de tiempo pensé que homenajearía a las personas que han marcado hitos en mi vida, y sólo hice uno, uno largo y muy emotivo para mí, a mi gato. Creo que ahora es el mejor momento para seguir con la saga y escribiré algo corto. Algo a mi novio, Fran.

Hace como un año que lo conocí, por lo que espero que esto sea en cierto sentido corto, aún pensando en todas las cosas que podría decir de él. Creo que jamás he estado tan tranquila, tan segura, tan arropada por nadie como por él.

Conocerle a él fue una de tantas otras coincidencias. Estábamos esperando a que empezara la clase y, después de hablar unos segundos con él, ya deseaba que la profesora no hubiera venido y así poder seguir charlando un rato más. Lo primero que pensé cuando lo vi fue 'genial, ¡ya hay un friki más en la carrera! Y un friki... interesante'. Creo que nadie puede evitar mirarle cuando, en invierno, adorna su cabeza con su gorro de chapas. Y en parte es su insignia, grita al mundo 'yo soy yo, y mírame. Llevo lo que me gusta'. Después, una vez en clase sacó su estuche de Bleach —ecs, Bleach— y se puso a dibujar, y la obviedad cantaba por sí misma.

La verdad es que en general ese día fue muy raro, nos pusieron a hablar en grupos y fue una de las clases más relajadas que recuerdo haber pasado en ese curso. Al acabar la clase le invité amablemente a venir a mi siguiente clase de francés, que para qué decirlo iba a ser un aburrimiento, pero él me acompañó hasta la puerta y me prometió que nos volveríamos a ver, que vendría a la cantina alguno de estos días. Pero no, no apareció. Le esperé varios días y al final le di por perdido hasta que me lo encontré por los pasillos.

Sí, al principio fue todo un poco escabroso. Yo pensaba que no le importaba mucho, pero su fuerte personalidad me atraía, además de que había algo en él que me hacía asentir y decir 'sí, creo que sé lo que quieres decir, te entiendo'. Sí, esa es la sensación más fuerte que tengo de nuestro primer contacto, el entendimiento mutuo. Pero aún así, nuestros comienzos —en ningún sentido— nunca fueron los adecuados y después con una rapidez asombrosa hemos superado eso.

Los siguientes meses no nos vimos, pero unos días antes me invitó a irme a Zaragoza con él, y yo le dije que no. Nadie se imagina cuánto me arrepiento, porque encima los planes para ese fin de semana acabaron siendo una mierda y le envidié mucho después de leer, además, sus tiras en AFL.

Pero a lo que iba, que me desvío. A él, a él y a cómo me hacía dibujitos por el msn en Navidades, o cuando se olvidó de felicitarme el año nuevo :P. ¿De eso también hablamos? Incluso su olvidadiza cabeza ahora, aquí tan lejos, me hace sonreír. Le echo mucho de menos.

Los recuerdos con él son un torbellino. Cuando decidí que me gustaba, cuando dentro de mí todos los sentimientos que había acumulado por el despistado de mi novio estallaron dentro de mi cabeza fue horrible. Él no podía estar conmigo, o eso me decía. Él había combatido contra sus sentimientos porque si lo nuestro acababa mal él no podría estar en la misma clase que yo.

No podría haberme enamorado de otra persona, y mucho menos cuando le conocí un poco más, cuando se acercó a mí y me dio el primer beso. Bueno, técnicamente no el primero, sino el primero que recuerdo. Tiene una dulzura en los labios parecida a miel. A lo mejor tiene un panel de abejas mágicas y no me lo ha dicho.

Estoy abrumada. Necesito meter mis dedos entre su pelo y que me pida que le abrace, o necesito que me lea Stardust cuando me encuentro un poco malita. Y aunque parezca una insensatez, quiero compartir una casa con él, una vida, y viajar juntos.

Siempre me he considerado una persona bastante solitaria. Me gusta estar en un avión con gente desconocida, intentar apañármelas por mi cuenta... pero en el último viaje Philadelphia-España veía a gente durmiendo apoyadas en sus acompañantes y me entraron unas ganas horribles de llorar de tristeza. Yo quiero apoyarme en tu hombro. Quiero que te apoyes en el mío. Y no hoy, quiero que lo hagas hasta que seamos viejitos y ya no tengamos ganas de viajar más. Quiero que seamos la pareja de UP que un día se conoció y no volvieron a separarse nunca, y que cuando me muera tú te vayas en busca de nuestros sueños.

Pero tú, cariño, eres el mío.

Te amo.

3 comentarios:

Francisco Molina dijo...

Te quiero, cariño.

Troyana dijo...

Casi lloro. Es una de las cosas más bonitas que he leído, y casi lloro porque sé lo emocionada que debes haber estado para escribirlo. Increíble. 8)

Yawmy dijo...

Precioso :)