lunes, 26 de enero de 2009

Lo he intentado, ¿vale?

Oscuro, negro. Está todo demasiado a oscuras como para ver nada. ¿Y qué coño quieres ver, si te has acostado para dormir? Eso implica cerrar los ojos y dejarte llevar.

¿Pero qué es esto que toco? Parece un peluche, dos, tres... Son suaves, pero no están calientes, ni tampoco apartan el mechón de pelo que tengo en la cara. ¿Qué son, entonces? ¿Qué significan? Supongo que están llenando un hueco que me cogía por la cintura y me apretaba contra su pecho lleno de latiditos.

He tenido el deseo de mirar el movil, leer sms de otros días hasta caer rendida con un recuerdo dulce, pero tampoco podía moverme. Sólo miraba a un lado, sin mirar nada, sin sentir el sube y baja del pecho. ¿Qué es esto?

Algo tranquilo a veces se cuela por la ventana, pero sigo teniendo frío. Nada quema, sólo es un agua templada que recorre mi piel de arriba a abajo y me dan ganas de temblar. La piel de gallina, así la tengo.

Quiero un murmullo y quiero un mimo. Siempre quiero lo mismo y nunca me canso. Al final será la humanidad la que se cansará, está claro... Mientras, sólo puedo esperar a que me entre el sueño que no llega. ¿Mañana me despertaré tan sola como me voy a acostar?

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