Son las 8.33 de la mañana y estoy sufriendo por mantener las maneras. Creo que se me ha olvidado lo que es la concentración, por lo que ahora pululo y actualizo cuando debería estar mirando las características de los textos en catalán -aunque sólo sea por vergüenza, porque no he hecho nada en todo el semestre-.
Pero en vez de ser consciente despierta, por la noche me atormentan los sueños con el examen. He dormido fatal, siempre aparecía una profesora, o alguien hablando catalán. Y si dijera bueno, me ha enseñado algo y voy a aplicarme más sé que estaría mintiendo. De hecho aquí estoy, mira, actualizando en vez de aprovechando el asueto para darle una leida rápida.
¿Qué ocurre hoy en tu cabecita, Sara? ¿Por qué trabaja tan rápido si aún no han llegado los días de pensar?
Bueno, todo se acelera a veces. Hoy me mantiene despierta que existe una persona que, en parte por mi culpa, está pasándolo mal. Y yo sólo puedo sentir que quiero su apoyo, y quiero darle mi apoyo. ¿De qué modo? Creo que hay cosas que se me escapan, veo su racionalismo tan inaccesible a veces... Y yo sólo quiero que sus suaves palabras me acaricien, que diga algo que me anime. Tenemos un tema complicado en nuestras manos que se resolverá dentro de dos semanas, más o menos. No es algo en lo que esté pensando constantemente, pero es un desequilibrio gigante, algo que está ahí, se mantiene ahí y flota sobre mi cabeza.
No, no puedo parar de pensar...
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