Echo de menos el ambiente, el olor a casa, su voz. Hasta echo de menos que se queje por lo desordenada que soy, a veces sí que me merezco que me digan que soy un desastre. ¿Y si la vida diera un salto atrás de dos años? A veces quiero sacar la bandera blanca y rendirme al mundo, pero lo que me rodea ya no es como antes. Nunca volverá a ser como antes, porque nadie es igual. Y todo lo que aún nos queda por crecer...

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