He sido fuerte, todo el día. Hasta me he echado una carrera después de salir de esgrima esta el bus, de entusiasmo, de energía. No se puede decir que estuviera alegre, pero sí animada. Al final, después de todo, tenía que llegar el color rojo a mis ojos, tenía que pensar en pasado y en el próximo futuro... y claro, las lágrimas ya están aquí. ¿Por qué siempre acabo así?
Bad luck, siento que tenga que estar tan ácida. Sólo espero que los limones no se asusten de mí, ya sé que los demás sí. Qué le vamos a hacer si tengo cara de pomelo, oye...

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