Hay quien piensa una vez y parece que no se quiera despegar de sus entimiento nunca jamás, y otros que simplemente se deleitan en acumularlos persistentemente y utilizarlos en medida de su deseo.
¿Quién puede medir, quién puede juzgar quién está moviendo bien sus fichas?
Ains, quien entienda a las personas que las compre, de verdad.
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