Quedan unos minutos para empezar un examen de traducción y estoy, en parte, nerviosa. Sé que sólo es una pequeña prueba para ver cómo nos manejamos, pero es importante para mí. El día de mañana voy a ser traductora, voy a hacer lo que hoy se me pide que haga, ni más ni menos. No hay muchas carreras que te saquen al mundo laboral preparada de forma tan específica para reinsertarte.
Sigo nerviosa, hoy no es un buen día. No quiero mirarle a la cara... me da vergüenza, me siento culpable por hacer daño. Qué horror.
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