Esta vez el mundo se ha apoderado de mí. La voz de una mujer sonando de fondo, suave, fundiéndose con las titilantes sombras de unas cuantas velas danzantes al compás del incienso. Era un espacio perfecto, donde sólo estaba tu voz y la mía.
Hablamos de la naturaleza, de los vampiros humanos y la energía mundial... o no era así, y hablamos de la energía natural y los mundos humanos. Al final acabé acariciándote el pelo como solía hacer, no sé si porque la canción me lo dictaba o eran mis manos las que habían cobrado vida. La respiración de ambos se igualó sutilmente, y podía ver los latidos de tu corazón, que iban al mismo ritmo que el mio. Cada vez que tu pelo de fuego se colaba entre mis dedos me recorría un suspiro cálido. Y al final caiste dormido en esta habitación perfecta que era sólo de nosotros dos.
Hay veces que la gente se plantea su propia naturaleza, y en ese momento yo supe qué significaba todo, sólo unos instantes... y después de mi mente voló. Pero sí se quedó ese rastro ahí, y de mis labios manaron palabras susurradas mientras las yemas de los dedos hacían círculos en tus ojos, algunos tan grandes que abarcaban hasta el cuello, y otras veces tan pequeños que el movimiento era imperceptible. Pero estaba ahí, toda la energía positiva estaba siendo transmitida y lo notaba en tu serena cara.
Escribí en tu pecho palabras, las que me salieron del alma. Algunas empezaban por T... Me inundé con tu olor, arrastré toda la tristeza que pudieras tener y en su lugar puse un trocito de mí, el más bonito que encontré. El que tenía reservado para los mejores momentos. Me expandí, sentí, viví, y cuando más cómoda estaba, después de haberme soltado de los miedos, las inseguridades... cuando era verdaderamente yo, tuve que echarme atrás. Cuando me retiré, vi a mi sombra en la pared arrimarse a ti, y tu sombra, de un color un poco más pálido, la correspondía. Yo te estaba despertando y a la vez asesinando esas sombras. Quizá te hubiera tenido que dejar durmiendo, estabas tan mono...
Entonces tú te levantas, sin darte cuenta que tu sombra está sangrando, y yo prefiero quedarme allí, para que mi sombra no sufra mientras le quitan la vida.
He pasado el mejor momento de todo el mes y ahora parece que ya no me queda nada.
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