Es una ironía, se querían. Ahora la parte más animada de la vida, la más confiada ha pasado a mejor vida.
Qué tremenda metáfora de la existencia -y de mí-.
Empiezan a morir los buenos recuerdos, encerrados en la diarrea del momento. Y después llega el rigor mortis... y acabas quieto dentro de una bolsa, mientras la otra parte husmea los últimos lugares donde te vio, hasta al final olvidarse que alguna vez fuisteis dos. Y vuelve a corretear...
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